
Graffiti es una palabra un tanto gastada hoy en día. A cualquier cosa
hecha con un spray se la llama graffiti, a cualquier cosa pintada en
una pared se la llama graffiti, incluso a cualquier imagen con estética
urbana, independientemente de su soporte, se la llama graffiti. La calle
es la galería pública del artista urbano. Mucha gente no entiende el
graffiti porque piensa que nada tiene derecho a existir y más aún las
autoridades piensan así de esa manera porque dicen que no genera una
ganancia, lo que, por cierto, hace que su opinión no tenga valor. Mucha
gente se asombra cuando ve o escucha la palabra Graffiti y que cataloga a
esto como el comienzo de la decadencia de la sociedad. Quienes
realmente ensucian nuestros vecindarios son las grandes compañías que
garabatean inmensos eslogans en edificios y medios de transporte
público, tratando de hacernos sentir mal si no compramos lo que venden
generando también contaminación visual ya que en nuestra urbe se
encuentra contaminada con demasiadas cosas como el smog de los
automóviles viejos, las custers, combis asesinas, etc. El Graffiti
muchas veces transgrede la ciudad de una manera muy sutil, pero la
publicidad llega a veces a ser tan invasiva que ya visualmente te
contamina y te satura, generando demasiado ruído en la calle y/o
avenida. Las grandes publicidades o las grandes empresas esperan poder
gritarnos sus mensajes en la cara, sobre cualquier superficie posible,
pero nosotros no tenemos permiso para responderles.

Pero lo más curioso es que el graffiti como lenguaje es hoy en día es
considerado como un lenguaje usado por la publicidad, la televisión, el
diseño gráfico y los videojuegos. Las grandes empresas quieren acaparar
el mercado, un mercado potente y que va en crecimiento: el mercado
juvenil, ¿pero como llegar a ellos?, se preguntan muchos...
La solución al problema es el graffiti como lenguaje, es así como muchos de ellos se cogen de muchos de los símbolos del graffiti para poder vender sus productos.
Pero hoy en día, en el caso de Lima, mucho de nosotros (los artistas
urbanos), nos quedamos con menos espacios para pintar y hacer un poco de
arte en la ciudad, ya que en cada sitio que vamos encontramos las
vallas, o en cada distrito que vamos estan los serenos impidiendo el
proceso de darle color a la ciudad. En conclusión, la gran diferencia
que puedo decir que hay entre el graffiti y la publicidad es que todo
artista urbano o graffitero tiene la misión de darle COLOR A LA LIMA
GRIS, cosa que muchas veces no genera la publicidad, la que más bien
genera contaminación visual y saturación.
"Algunos se convierten en policías porque esperan hacer
del mundo un mejor lugar. Algunos se convierten en vándalos, porque
esperan hacer del mundo un lugar con mejor vista."
—Fragmento del libro Banksy, Wall and Piece.
Fuente: El Comercio
No hay comentarios:
Publicar un comentario